Ilustradora, colorista, guionista y docente, Érika Pino (El Otro Plano, Tomás, Ethan Hound), nos compartió cuatro lecciones que aprendió haciendo cómics.
1.- Comprendí que el trabajo creativo no es solitario. Incluso cuando trabajas solo y en fanzines es necesario contar con ayuda: un lector beta (o primer lector), corrector, consultor, etcétera.
Cuando trabajas en solitario para una editorial, esa misma editorial se transforma en tus consultores y lectores beta, y hay que estar dispuesto a escuchar sus críticas para mejorar.
2.- Mostrar lo que estás haciendo para emocionar al público. Que así se enteren cuando publiques algo, te puedan apoyar, y que te escriban porras o críticas. Si uno es demasiado silencioso, nadie va a saber que estás haciendo cosas.
3.- Trabajar en cómic es lento, agotador, por eso es necesario encontrar una forma de maximizar el tiempo… y se puede lograr de muchas formas: encontrar la manera en que te sea más fácil dibujar, un programa que te acomode, entender que aprender a narrar es igual de importante que convertirse en un dibujante mega virtuoso… todos esos atajos se aprenden con la práctica.
Hay que ponerse metas claras, si no uno nunca terminaría una obra… es como aprender a soltar, jajaja.
4.- ¡Ahora es cuando! Si esperas a tener todas las herramientas para convertirte en el artista de tus sueños, se te irá la vida. Que no te dé miedo dibujar, experimentar y narrar, porque siempre habrá alguien que agradezca por tu trabajo.
Ese sería mi aprendizaje haciendo cómics… ¡el cuarto punto me lo repito como un mantra regularmente!
¡Puedes ver los colores de Érika en nuestro libro Ethan Hound!