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El ‘boom’ del cómic chileno, diez años después

Recordamos uno de los períodos más prolíficos de la historia reciente de la historieta chilena, más de una década después.

No existe consenso respecto a qué fue lo que sucedió en la escena comiquera de Chile entre la primera y la segunda década de los años 2000. Lanzamientos con asistencias masivas, nacimiento de nuevas editoriales y medios especializados, aparición de creadores y creadoras, ventas que se contaban en centenares, lugares, eventos… más de diez años después, el entonces llamado “boom del cómic chileno” sigue dividiendo aguas. Mientras para algunos fue solo un fenómeno mediático pasajero, para otros se trató de la consolidación de una generación frente a los ojos de un público ávido por historias locales.

Estallido real o respuesta a los ambiciosos 90s, lo cierto es que la “onda expansiva” de esos años definió en parte el mapa de lo que hoy conocemos como historieta chilena independiente.

Pero, ¿qué pasó hace diez años? Para muchos, el quiebre comienza en 2007, cuando aparece “Road Story” (de Gonzalo Martínez, basada en una novela de Alberto Fuguet), la primera “novela gráfica” publicada en Chile, y el primer cómic local editado por una transnacional en el país desde 1970. Lo cierto es que, a partir de la aparición de nuevos títulos, creadores y creadoras, fue la prensa la que hizo suyo el concepto de “boom”. Ya en 2009, el diario La Tercera se refería con el explosivo calificativo a la reciente llegada de una serie de nuevas obras en el ‘Primer Festival de Viñetas del Fin del Mundo’, y destacaba el aumento de publicaciones nacionales.

En un ejercicio de memoria, reunimos -y revivimos, aunque de manera seguramente muy incompleta- algunos de los principales hitos de la época.

Lanzamiento El Gran Guarén en FIC Santiago.
Hace diez años…
  • ¿Adiós a las revistas? Si hay una novedad que caracteriza al período, es el cambio de formato: el cómic pasó en su mayoría de la revista al libro, y comenzó a ser visitante frecuente de librerías para desaparecer del kiosco, que había sido por décadas su hábitat natural.

  • Los puntos de reunión. La aparición de lugares como la Galería Plop, el Café Comics y Espacio Shazam, que se transformaron en puntos de reunión de la comunidad alrededor de la historieta.

  • Chilenos para el mundo. Las carreras de dibujantes como Gabriel Rodríguez, Nelson Dániel y Alan Robinson se expandieron hacia el extranjero. Como nunca, el talento chileno se comenzó a exportar.

  • Publiquemos cómics. Desde el punto de vista editorial, destaca la aparición de Unlimited, editorial chilena que puso al alcance del público masivo obras del cómic nacional (Barrabases, Mortis), e internacional (DC Comics, Marvel, etc). De igual forma, en el período aparecen una serie de editoriales independientes, algunas de las cuales hasta hoy animan la escena local (RIL, Mythica, Arcano IV, Acción Comics, Dogitia, Ariete, Pezarbóreo, entre otras); asimismo, multinacionales como Alfaguara, Ediciones B y Norma comienzan a publicar historieta chilena.
      
  • Éxitos de la época. Obras como “1899”, “Mortis, Eterno Retorno”, “Mocha Dick”, “Zombies en La Moneda”, “Policía del Karma”, “Las crónicas de Maliki 4 ojos”, “Alegría y Sofía”, “El Gran Guarén” y “Varúa Rapa Nui”, entre otras, alcanzaron ventas y reconocimiento masivo. El público se acostumbró a comprar obras nacionales, lo que posibilitó que muchos de los títulos de la época alcanzaran popularidad y nuevos lectores.

  • Los nuevos eventos. El nacimiento de eventos como la Feria del Cómic de Plaza Brasil, FIC o la Comic Con Chile, comenzó a construir un circuito de eventos que hoy es sumamente numeroso y diverso.

  • Nacimiento de NGI Chile. Agrupación de distintos actores locales que logró formar comunidad y potenciar una mirada más profesional y global en torno a la historieta chilena. Destaca su trabajo con ProChile con miras a la internacionalización.

  • Presencia de stands de cómics en eventos literarios. A través de agrupaciones como ANG Chile / ChileCómics, así como stands de distintas editoriales, la historieta ocupa un lugar visible en eventos masivos.
      
  • Cómic escolar. El ingreso del cómic chileno en los planes de lectura de los colegios, que reconocieron el aporte del formato para el fomento lector.
Lanzamiento de uno de los tomos de Locke & Key en el Café Comics.
Voces del ‘boom’

Consultamos a algunas voces clave de la época, para conocer su mirada sobre la época. ¿Hubo boom?

Para la historietista chilena radicada en España, Panchulei, uno de los elementos más recordables de esa época “fue la aparición de muchas historietistas, como Sol Díaz, Daniela Thiers y la consagración de Maliki, destacando publicaciones colectivas como ‘Tribuna Femenina Cómix’ encabezada por Melina Rapimán. Cuando miro hacia atrás, me doy cuenta de que esos años fueron el inicio de una nueva era, donde se comenzó a dibujar sobre otros temas, la no ficción comenzó a tener un nuevo espacio, así como las creaciones para otros públicos, ya sea infantil y juvenil que habían quedado atrás en los 90’s e inicios del 2000, volvían con nuevos colores.

Por su parte, Claudio Aguilera, socio de la extinta Galería Plop, autor, investigador y editor de historietas, apunta que “además del nacimiento de nuevas editoriales y un aumento de las publicaciones, el gran cambio fue de autopercepción. Se pasó de una sensación de publicar en forma aislada a formar parte de una comunidad y sentir que realmente se podía hacer historieta en Chile”.

El dibujante Gonzalo Martínez pone esos años en perspectiva. “Con el tiempo he llegado a la conclusión que fue un boom creativo y de imagen, más que de hechos concretos. Por hechos concretos hablo de circulación y venta del material publicado. Fue un momento expectante, que movió a muchos y muchas a producir material y publicarlo”.

La fundadora del Café Cómics y bibliotecaria, Celeste Arredondo, destaca que “antes en los colegios y bibliotecas (principalmente de Santiago), no sabían nada de cómic, menos de manga, encontraban extraño que fuesen al revés. Llevo desde el 2016 promoviendo el cómic en colegios y bibliotecas y el interés ahora es grande”.

Exposición en la desaparecida Galería Plop.

Una herencia que perdura

Panchulei agrega que una de las grandes herencias de la década, es “la creación de nuevas editoriales y eventos, que han permitido a pequeña escala, que la escena exista. También las editoriales trasnacionales han hecho lo suyo, «¡Oh, esto funciona! Se vende y la gente quiere leer historietas», fue como que descubrieran la luna y han hecho de esta última década también algo viable en lo comercial, lo cual ha ayudado a que muchos y muchas artistas puedan publicar”.

Claudio Aguilera resalta también el rol que jugaron los nuevos espacios en la escena local, y el papel que jugó un lugar como Plop!: “fueron espacios para que la gente se reuniera, se conociera e hiciera comunidad. Antes muchos dibujantes solo se habían visto a través de las redes sociales. También fue un espacio pionero para poner en valor la obra original. Cuando PLOP! Comenzó, muchos dibujantes no sabían que existía interés por los originales, ni siquiera sabían qué valor darles, y las exposiciones de originales eran muchas veces precarias y descuidadas. También difundimos soportes como la impresión digital y los certificados de autenticidad, prácticas poco conocidas en el medio.

Stand de agrupación ChileComics en FILSA.
El futuro

¿Se repetirá un fenómeno parecido? Para Gonzalo Martínez, “no es necesario que se repita porque pienso que ahora estamos mucho mejor. Hay otro boom al que no le hemos prestado suficiente atención: la gran cantidad de material local traducido y circulando en muchos países de varios continentes”.

Por su parte, Claudio Aguilera afirma que “cuando miramos la historia de la historieta chilena nos damos cuenta que ha habido distintos momentos de crecimiento explosivo. Los podemos llamar edad de oro o boom, pero lo que tienen en común es su carácter efímero. Por eso, en lo personal, miro con cierta distancia estos periodos y prefiero apostar a un desarrollo más lento y sostenido. En cualquier caso, a pesar de la compleja situación económica y la baja que implicó la pandemia, veo con optimismo el presente de la historia y creo que los próximos años serán de consolidación”.

¿Y tú? ¿Cómo recuerdas esos años? ¿Cuál son los hitos que te gustaría destacar? 

Déjanos tu comentario.


* Lee aquí las entrevistas completas:

– Panchulei: “Antes se juzgaba con muy malos ojos lo distinto”

Gonzalo Martínez: “Hay otro boom del cómic al que no le hemos prestado suficiente atención”.

Claudio Aguilera: “El boom dejó una escena que se ha ido fortaleciendo y profesionalizando”. 

Presentación Tribuna Femenina Comix en la Galería Plop!. Foto: Mesa Gráfica.

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