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Gonzalo Martínez: “Hay otro boom del cómic al que no le hemos prestado suficiente atención”

Foto: Carla Mc-Kay

  • Entrevistamos al reconocido historietista chileno, sobre el “boom del cómic” de la década pasada. Siempre agudo, esto fue lo que nos dijo.

¿Cómo recuerdas la época del llamado ‘boom’ (años 2010-15)? ¿Cuáles crees que fueron los hitos más relevantes?

Para mí fue uno de varios booms que me ha tocado vivir en mi carrera, cada uno con sus propias características.

Si bien nunca se dejó de hacer historieta en Chile, ésta dejó de tener notoriedad a fines de los setentas con el suplemento de historietas de La Tercera como el canto de cisne de una generación. La historieta se sumergió y circuló por otros canales. El primer boom que recuerdo fue la aparición de la movida ochentera, con revistas como Trauko, Bandido, Ácido o Matucana. Luego vino el boom del manga con muchas autoras y autores que aún persisten. ¡Hay que recordar que Fyto Manga tenía un programa de televisión! Luego vino toda la movida alrededor de la editorial Dédalos con varios títulos y la primera aparición de Gabriel Rodríguez como autor. Así que si bien para muchos el boom de principio de la década del 10 es único, no me tocó verlo así. No obstante lo anterior, tenía una característica especial: la entrada de las grandes editoriales literarias al juego. Creo que eso estimuló la creación de editoriales independientes aparte de Visuales, la gran y longeva editorial de Javier Ferreras.

Con el tiempo, he llegado a la conclusión que fue un boom creativo y de imagen, más que de hechos concretos. Y por hechos concretos hablo de circulación y venta del material publicado. Fue un momento expectante que movió a muchos y muchas a producir material y publicarlo.

¿En qué crees que se diferencia con el momento actual?

Creo que, a diferencia de ese momento en donde la imagen era todo, ahora la realidad se ha revelado (en parte) y está sobre la mesa. Ahora jugamos con una mayor cantidad de variables conocidas que pueden eventualmente resultar desalentadoras, pero es la realidad. Siempre es mejor evaluar y tomar decisiones en base a la realidad más que en base a lo que nos imaginamos o nos gustaría.

No tengo datos, pero mi estómago me dice que ahora se vende mucho más que en esa época. Quizás no se note tanto, porque hay mucho más material circulando que en esa época y el público lector no ha crecido a la velocidad de las propuestas editoriales.

¿Qué crees que nos dejó ese momento?

Como dije, fue un boom de imagen. Fue un estímulo que hizo que muchas autoras y autores de decidieran a producir material. Fue un momento de notoriedad que cayó en el siempre fértil suelo de nuestra cultura historietística y que llamó la atención de los distintos estamentos de nuestra sociedad.

¿Crees que es algo que se puede repetir?

No es necesario que se repita, porque pienso que ahora estamos mucho mejor.
Hay otro boom al que no le hemos prestado suficiente atención: la gran cantidad de material local traducido y circulando en muchos países de varios continentes.

 

Lee la nota original:

El “boom” del cómic chileno, diez años después.

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